Pionero vivaz. Analista perseverante. Químico con una ambición casi ilimitada. Y un precursor con ideas poco convencionales cuando se trata de respetar el medioambiente. Cuando este concepto ni siquiera se había inventado aún y el escándalo de los PCB de los años 80 estaba todavía muy lejos, Helmut Theunissen desarrolló líquidos hidráulicos sin aceite mineral y respetuosos con el medioambiente que estaban diseñados con un perfil de propiedades único. Debían ser difícilmente inflamables, permitir el funcionamiento de las máquinas sin que requirieran mantenimiento durante el mayor tiempo posible y, al mismo tiempo, proteger el medioambiente a través de una biodegradabilidad extremadamente rápida. Por lo tanto, debían ser exactamente lo contrario a los compuestos orgánicos cancerígenos de cloro que habían prevalecido hasta entonces y que se utilizaron en los sistemas hidráulicos hasta bien entrada la década de los 80.

Se parecía un poco a pretender hallar la cuadratura del círculo. Pero gracias a más de cuatro décadas de perseverancia y a una increíble dedicación en la investigación y desarrollo, surgieron LUBESAVE, CORSAVE y FREEZESAVE como productos listos para usar y con esa comunión de propiedades.